Tiempo carcomido

Llovía y pensé en tí

Te amo
porque estás en mis manos
porque te deseo,
porque soy feliz cuando te veo,
porque te extraño.

Porque tu sonrisa palpita en mis ojos,
porque mis labios son tus labios,
porque mi muerte es la vida.

Porque no te conozco,
porque eres lejano,
porque eres agua, viento y fuego.

Porque ayer llovía y pensé en tí,
porque te soñé y tuve un orgasmo,
porque te deseo a cada instante.

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Tus palabras

Tus palabras
revolotean en mi mente
queriendo comprender el significado.

Tus palabras transminan mi cuerpo
y ahora sé que estoy viva.

Tus palabras se entrelazan con mías
y construyen un significado nuevo.

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Tantas son mis palabras

Tantas son mis palabras
que se escapan de mis labios,
que se resbalan en el viento,
que se acogen en el tiempo.

A veces, parecen olvidadas,
parecen detenidas.

Tantas son mis palabras
sin sentido,
sin acento.

Pero son tantas las que
aún no manejo,
aún no comprendo,
aún no expreso.

Y son tantas aún
las que pronunciar no puedo.

Tantas son las palabras
que aún con ellas
no puedo decirte cuánto te quiero.

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El deambular de mis palabras

El deambular de mis palabras
se desborda
por la cañada de tu cuerpo,
amante y ardiente.

Mis manos acariciadoras
que juegan
con tu sexo
y saborean tu cuerpo.

Tu cuerpo detenido
en el tiempo
se evapora entre besos,
se liquidiza en mis senos.

Y al otro día
somos cuerpos
fríos, callados, muertos.

Hasta que la noche
nos arrulle nuevamente
con el deseo de ser
uno solo.

Aimé Solano Escamilla

"Tiempo carcomido"

Editorial PRAXIS

Colección Dánae