Pintura: Georges de la Tour: Magdalena der Nacht, 1630-35 Musée du Louvre, ParísMujer estigmatizada por la Iglesia Católica como prostituta que conoce a Jesucristo, que se arrepiente de sus pecados y que, hasta el día de la muerte de él está a su lado; desde entonces en la historia de la fe católica es sinónimo de la mujer pecadora.
(Raro… la mayoría de las mujeres en la Biblia suelen ser las pecadoras e incitadoras al pecado del pobrecito hombre que sólo es un títere sin criterio propio para decidir).
Pero nada más falso.
María Magdalena no era prostituta.
María Magdalena es para mí, una mujer que estaba más allá de su época.
Pocas personas saben que realmente ella era una mujer muy inteligente y que era líder. Pedro, apóstol, se encargó de empezar a desvirtuar el verdadero papel de María Magdalena en la historia.
Ella fue una mujer pensante y Jesús lo sabía; siempre estuvieron juntos dialogando, debatiendo. Ella era pieza importante en la fundación de la nueva fe de aquel entonces. De hecho pudiera ser la primera mujer que llegó a predicar el evangelio, si, toda una sacerdota.
Pero con el paso del tiempo y por intereses del poder masculino, se le fue deslindando a ella del carácter tan prominente que tuvo y poco a poco se le fue dando un papel menor, inferior y degradante como el de la mujer pecadora que lloró arrepentida a los pies de Jesús.
Y esto tan trascendental no se cuenta, sólo nos cuentan una parte y a su manera. Y como este ejemplo, la Biblia y la Historia en general está plagada de verdades a medias y mentiras acomodadas a modo.
Pero nada más falso.
María Magdalena no era prostituta.
María Magdalena es para mí, una mujer que estaba más allá de su época.
Pocas personas saben que realmente ella era una mujer muy inteligente y que era líder. Pedro, apóstol, se encargó de empezar a desvirtuar el verdadero papel de María Magdalena en la historia.
Ella fue una mujer pensante y Jesús lo sabía; siempre estuvieron juntos dialogando, debatiendo. Ella era pieza importante en la fundación de la nueva fe de aquel entonces. De hecho pudiera ser la primera mujer que llegó a predicar el evangelio, si, toda una sacerdota.
Pero con el paso del tiempo y por intereses del poder masculino, se le fue deslindando a ella del carácter tan prominente que tuvo y poco a poco se le fue dando un papel menor, inferior y degradante como el de la mujer pecadora que lloró arrepentida a los pies de Jesús.
Y esto tan trascendental no se cuenta, sólo nos cuentan una parte y a su manera. Y como este ejemplo, la Biblia y la Historia en general está plagada de verdades a medias y mentiras acomodadas a modo.
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