lunes, 6 de agosto de 2007

Despiertas

Scream / Edvard Munch
Por Haideé Mata. Despiertas y miras la hora en tu reloj, el sentir esa sensación de pesadez en la cabeza hace que des vueltas en la cama; sospechas que el mundo no tiene principio y fin; el trabajo te aburre, tus discrepancias con la familia te van menguando, tu novia hace intentos fallidos por entenderte, nada te sale bien; sigues dando vueltas en tu cama negándote a salir de la madriguera que has hecho de las sabanas y edredón.

Sientes ese vacío que te carcome, piensas que nada tiene sentido, que tu vida no se dirige a ningún lado y mientras, sigues dando vueltas en tu cama.

Tu cabeza comienza a dar muestras de vida autónoma, piensa por si misma, te ordena quedarte y no salir, grita que a tu edad es imposible encontrar esa falacia llamada felicidad que nos han vendido. Miras el reloj y cuentas 5 minutos desde que despertaste.

Piensas en las mujeres lesbianas que has conocido y consideras que en el mundo lésbico existe un vacío que no es posible llenar, y es saber que aún con el paso del tiempo no podemos sacudirnos la carga emocional que conlleva ser un sector discriminado.

Saber que hasta hoy estamos solas, como lo están los demás miembros de la comunidad de la diversidad sexual, te hace pensar en el caos más no en aquel en que supuestamente después de la tormenta viene la calma, sino en el caos de la negación y aniquilación, te viene a la mente el caso de la amiga que intento suicidarse por que sus caminos se habían agotado.

Ella como muchos creyó decidir sobre su vida; pero llegar a ese punto donde no hay dirección, es para el suicida, no un acto de decisión sino un impulso de sobre vivencia. Si, para ella fue un intento fallido de responder a los momentos de tristeza y soledad que conlleva vivir el aquí y el ahora.

Quieres sacudirte en un intento de rebelión, más no es posible, has convertido tu guarida en una tumba. Quieres resucitar de entre los muertos y has caído en la cuenta de saberte tu propia sepulturera.

Gimes, lloras y quieres regresar al mundo de los vivos, ahora recuerdas con angustia a tu novia, familiares y amigas; el trabajo no se te hace ya aburrido, repiensas y entiendes que la felicidad no es eterna, comprendes que la existencia esta llena de momentos felices y tristes y que hay que pasar todos para mantener un equilibrio entre la locura y la cordura de esta vida que nos tocó vivir.

Haces un último esfuerzo y tensas todo tu ser; desde el fondo de él, esa fuerza vital que algunos llaman vida dá una bocanada de aire y te desases de tu tumba… de tus sabanas, han pasado 10 minutos y de un brinco te levantas. Tienes el tiempo contado y llegaras tarde al trabajo.

No hay comentarios.:

  “Mujeres Mayores de 30” Cafetería: “Somos Voces” Niza 23 5 de noviembre Cooperación: $50.00 11:00 a 14:00 Hrs.   Licenciada ...